Pequeño e indefenso en la oscuridad.
Pareciese una vela que se va extinguiendo poco a poco.
Ven a mis brazos que conmigo quedarás eternamente,
sin respirar,
sin desear seguir viviendo,
profundo en la locura,
profundo en el olvido.
Ven a mi para que no sigas respirando.
Ven entre mis brazos,
ven entre mis manos,
acariciando tu cuerpo,
tus brazos,
tu craneo rapado,
tu nalgas y tu sexo que habremos de rasgar.
Extirparemos hasta la última gota de tu sangre.
De ti beberemos para seguir existiendo,
de ti serás tu infortunio,
por tu mano
tu mano asesina.
Seguirás,
seguirás hasta la eternidad.
Serás nuestro.
Se,
se nuestro.
Se para mi
y yo te daré lo peor de tu existencia.
¡No huyas!... entre la red
y entre el designio,
estarás con nosotras.
Beberemos de tus pezones
sangre en vez de leche.
Beberemos de tu boca
gritos en vez de suspiros.
Beberemos sin más que pedir.
Beberemos hasta hacerte extinguir.
Tornando nuestras uñas alrededor de tu cuello... en los huecos de tu ser... alrededor de tu ano... alrededor de tus oidos... alrededor de tu boca....
Nos introduciremos,
nosotras las tres hermanas.
Te haremos excitar,
te haremos sufrir,
víctima
te haremos ser lo que sintió tu,
tú asesino,
matricida.
Te haremos sufrir hasta el fin de los tiempos.
Henos aquí... tu perdición.
Henos aquí.. tu propia voluntad...
Tú mataste.. y nosotros gozaremos de tus manos
de tu sexo
de tu mente
y de tu cuerpo...
Muerte a ti ORESTES.
Muerte a ti hasta el fin de los tiempos.
No importa que los nuevos dioses hayan cambiado, pisoteado, blasfemado las antiguas leyes...
Eres nuestro.
Sin más ni menos.
eres nuestro.
Sin que lo puedas evitar.
Y nunca.
Nunca...
podrás escapar.
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