- La cuestión sexual incrementa y es casi imposible satisfacerla.
- El hambre empieza a notarse. Y aunque se rompa el régimen de no comer... aún así uno no queda satisfecho. Es el mismo deseo de querer más y más.
- Cuando se tiene lo que se quiere.. no se disfruta. Es aboracarse y tragar... ir a a ello mismo sin prestar atención al disfrute.
Si uno se preparase para esperar hasta lo que se quiere, como la sangre de una pura belleza, sería especial. Sería muy distinto a todo lo demás.
Es como si se deseara algo y esperas hasta el último momento y te arrojas ante ello y ni lo disfrutas. Pero si eres paciente, aún teniéndolo ahí mismo... sabrás disfrutarlo. Toda una noche. Sin siquiera percatarse que la luz vendrá. ¿Para qué? si es tan delicioso sentirlo y tenerlo... romper un poco las reglas.. porque se podrá mantener ahí mismo unos segundos más y escapar quizás con dolor hasta un ataúd con tierra del hogar.. pero: valdrá la pena al final.
Sí.. valdrá la pena al final cualquier tipo de sacrificio. Lo vale.
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