DIOS, ¡ALÉJATE DEMONIO!
Tanto tiempo, tanto año. El cambio, el simple cambio de una atmósfera tan tranquila que se trastornó en un sitio donde todo era tan rápido. El DF. Una ciudad de locura, de enfermedad, de desabrió una ciudad donde todo lo aprendido se desvanece, donde la humanidad se vuelve animal y las buenas costumbres se desarticulan nudo por nudo. Todo queda libre, el ser humano se convierte en lo que es y simplemente el vicio y la perdición es tan recurrente en la NECESIDAD de uno. Las drogas, el sexo, la pérdida del amor. No existe el amor. ¿Qué es el amor sino una pútrida ilusión de un estereotipo humano? ¿Qué es la vida entonces sino una ilusión trazada por su santidad el papa? ¿Qué son las emociones sino una cinta trazada por el compás de una película gringa de romance absurdo que provoca carcajadas diarreicas en un público amarrado a una moral falsa, racista, egoísta, superficial y cínica de forma hipócrita?
La vida tal cual es... una dualidad del ser humano desmembrado atado a vicios de normas sociales. Normas sociales que fueron creadas para reprimir y sobre todo para romperlas en la embriagada emoción del humano real.. pero al ser rotas forzados a atarse a una resaca esporádica de vivencia eterna.
¿Queremos amar o queremos tener sexo? ¿Pasión o amor? ¿Acaso es lo mismo? ¿Acaso existe diferencia entre hacer el amor y tener relaciones sexuales? .. sí.. el amor se basa en la ilusión y el sexo simplemente es real. Pero entonces ¿Qué es el ser humano sino un sistema tan bello de ilusiones? el amor es una de las ilusiones más preciadas en la literatura. El amor en el teatro es tan querido que ahora se representa sólo por sexo. ¿Y el cariño? qué es entonces el cariño sino un rasgo cursi de lo que se interpreta por la ilusión que llamamos amor. Pero no, el cariño es inocente, es puro. ¿Porqué confundir cariño con amor? Si la sociedad nos permitiera querer sin malinterpretarse o que nosotros mismos no permitiéramos mal interpretarnos entonces el amor podría no ser tanto una ilusión.
Ámame y sé la ilusión. Cójeme y sé como todos los demás. Mátame y sólo así me demostrarás lo que soy.
