viernes, 14 de noviembre de 2014

CARTA AL RECTOR ALFONSO ESPARZA ORTIZ

CARTA AL RECTOR ALFONSO ESPARZA ORTIZ

Carta al Rector Alfonso Esparza OrtizEnfoque.com
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Maestro José Alfonso Esparza Ortiz
Rector de la BUAP
 P R E S E N T E 
El pasado martes  11 de noviembre parte del alumnado del colegio de arte dramático -CAD- de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla –BUAP- decidió tomar sus instalaciones en la 10 oriente 415.  El motivo hacerse “ver” ante usted, señor rector Alfonso Esparza Ortiz y solicitar la destitución de dos de sus docentes. 
“Queremos que el rector venga porque de repente no conoce ni siquiera el Colegio de Arte, no sabe cuáles son las condiciones en las que estudiamos y queremos que se dé cuenta porque después seis años de estar metiendo oficios ya nos cansamos de esperar, sólo así entendemos que con este tipo de acciones la opinión publica voltea a vernos porque mucha gente no sabe que ni siquiera existimos”.[1]
¡Mucha gente ni siquiera sabe que existimos!  Es verdad. - ¡Oh banal ego de artista! Sí para hacernos notar hemos de tomar las instalaciones del colegio e irrumpir en los ya limitados tiempos de hora clase de los planes académicos yo no quiero que sepan que existo. 
Así lo dije en el 2004 cuando recién había entrado al CAD y ya querían hacer un zafarrancho igual o más grande que este y  yo lo único que quería era estudiar.  En aquel entonces era por la destitución del maestro Felipe Galván como coordinador del CAD. El mismo Felipe llamó a la prudencia del alumnado y a tomar con sabiduría los cambios, se fue entre aplausos.  Asumió la coordinación en un ambiente de mucha tensión la ya occisa maestra Lilia Esther Pérez Ramírez quien hasta los últimos días de su vida se entregó en cuerpo y alma a la formación de los alumnos del CAD.  ¿Cuánto no lloró la maestra Lilia? En tratar de conciliar en el colegio de arte dramático a sus encallecidos cotos de poder, en esa labor se le fue la vida. Otros más se fueron por voluntad propia o por salud mental, dado que literalmente les hicieron -la vida pesada- hasta que lograron cansarlos y echarlos del CAD, la lista es larga pero entre las grandes injusticias figuran los nombres de los  docentes: Rocío Martínez, María Pankova, Moisés Manzano, José Luis Castilla, por citar sólo algunos.  Todos ellos destacados en el quehacer teatral.
Diferencias de opinión las hay siempre y es hasta cierto punto, sano que existan. ¿Pero que busca un alumno de arte dramático pidiendo la destitución de sus docentes? En 2005 la alumna Coral Ayala buscaba “justicia” dado que los métodos poco ortodoxos de la docente Dora María De Jesús Aldama Romano –Dorita Aldama- la habían lesionado al grado de dejarla impedida.  Toda  escayolada y en silla de ruedas realizó un peregrinar entre las oficinas del CAD, la Escuela de Artes, Derechos Universitarios y demás instancias universitarias sin que su caso tuviera eco, frustrada desertó hasta de la actuación.  El caso de Coral  no era exclusivo según nos hizo saber la abogada general de la defensoría de los derechos universitario  -Dorita Aldama- ya tenía un expediente al que se le sumaron casos como el de Lizbeth de la Peña, otra alumna que se lesionó en su clase.
El 15 de octubre 2007 un grupo de alumnos decidieron irrumpir de manera violenta y tomaron las instalaciones del CAD también supuestamente “para hacerse notar”, alentados por  algunos docentes. En aquel entonces le dije a la Doctora Isabel Cristina Flores Hernández  de frente y de manera respetuosa  que no compartía sus formas o métodos para incitar a los alumnos a obtener de la rectoría ciertos privilegios y beneficios a nombre del colegio. 
Dichas declaraciones coincidieron ¿casualidad o represalia? –No lo sé- con que no volviéramos a pisar un aula de las instalaciones de la 10 oriente, a mis compañeros de grupo y a mí nos mandaron a la escuela de música en la 8 oriente, ahí tomamos todas nuestras clases hasta que egresamos en 2009.  Lo cual no nos importó en lo más mínimo, ya que siempre creímos en el teatro, la academia, la universidad y la formación artística como lo más importante.
Los conflictos no terminaron en 2007 con la ansiada presencia del rector Enrique Agüera Ibáñez en el CAD, sino todo lo contrario, lamentablemente se agravaron. La ríspida relación entre la Doctora Isabel Cristina Flores  y el rector se agudizó a tal grado que derivo en la conformación de dos compañías de teatro universitario –la del complejo cultural universitario (la del rector) y la del colegio de arte dramático de la BUAP (la de Cristina).  En ninguna de las dos teníamos cabida la gran mayoría de los alumnos de la licenciatura en arte dramático de la BUAP. 
En 2008 previo a la elección de director de la Escuela de Artes estalló otro conflicto en el CAD donde a través de emails anónimos se difamaba a docentes y consejeros estudiantiles.  La Doctora Isabel Cristina Flores Hernández se nominó a la contienda por la dirección, lo que generó que el pequeño grupo de alumnos que la apoyaban, riñeran en su defensa no sólo contra sus propios compañeros de licenciatura si no con los diferentes colegios que conforman la Escuela de Artes, dado que el ejercicio del dialogo -a pesar de ser actores- no se les da muy bien y preferían los monólogos víctimistas y trágicos.
Entre 2009 y 2010  periodo en el que concluyó  mi proceso académico en la licenciatura en arte dramático se vivieron básicamente las misma problemáticas de toda la vida en el CAD, los reclamos de los alumnos hasta cierto punto son honestos, las carencias en la infraestructura de la educación pública en el país son generalizadas. Lo lamentable es cuando el reclamo honesto y vigoroso de los jóvenes se hace política, se vuelve rabia avivada por intereses externos a ellos y se utiliza al alumnado como carne de cañón para obtener beneficios particulares.   
No es la primera vez, ni creo lamentablemente que sea la última que escuchemos hablar del CAD y de sus necesidades, las cuales tendrían que ser escuchadas y resultas con prontitud en favor de todo el alumnado. Lo lamentable es el desgaste de la estrategia “para hacernos notar” misma que desde el lejano 2004 advertíamos como inadecuada y mal gestionada por gente que a todas luces nos quería manipular. 
Hay quienes nacieron en medio de la guerra y buscan la paz, otros en cambio son hijos de la guerra y engendran guerra. Conducen con sus discursos a la muerte, cuando el teatro no es otra cosa si una oda a la vida. Dicen que están motivados por lo de Ayotzinapa Gro. Y sin embargo la situación en Puebla es sumamente delicada, ahí está los recientes casos de Chalchihuapan y las Cholulas ásperos en todas sus aristas.
Y aunque la paz en el CAD no sólo parece lejana, si no inalcanzable, ojala y que a través del dialogo se puedan construir puentes que a todos nos lleven a buen puerto.  Pensar bien para vivir mejor.


Emmanuel Espintla – artista y ex alumno del colegio de arte dramático BUAP.
Modificado por última vez enViernes, 14 Noviembre 2014 01:1

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